jueves, 10 de diciembre de 2009

PARIS

Paris era hijo del rey Príamo de Troya, y de su esposa Hécuba. Antes del parto, Hécuba soñó que daba a luz a un tronco encendido del que salían innumerables serpientes. Preocupado, Príamo consultó al adivino Calcante, quién le dijo que ese hijo suyo causaría la destrucción de Troya, y lo instó a matarlo en cuanto naciera. Pero como ocurre tantas veces en los mitos griegos, Príamo no se atrevió a matar a su propio hijo, sino que lo entregó al jefe de sus pastores con la orden de abandonarlo en el monte Ida.El pastor obedeció, pero 9 días después pasó por el lugar donde había dejado al bebé y lo encontró todavía vivo, siendo amamantado por una osa. Entonces el hombre se dio cuenta de que los dioses deseaban que Paris sobreviviese, lo llevó a su casa y lo crió junto a sus propios hijos.Paris creció hasta convertirse en un chico bastante atractivo e inteligente. Éste entonces lo eligió para arbitrar en una disputa mucho más importante, la que se había producido entre su esposa Hera y sus hijas Atenea y Afrodita.Resulta que Tetis, una diosa marina , se había casado con el rey Peleo de Yolco. Tetis invitó a varias divinidades al casamiento, pero olvidó incluir a Eris, la diosa de la discordia y hermana melliza de Ares. Eris entonces hizo caer una manzana de oro con la inscripción “Para la más bella” en medio del banquete nupcial. Las tres diosas más importantes presentes en la fiesta, Hera, Afrodita y Atenea, reclamaron la manzana para ellas mismas. Como Zeus no quería ganarse el rencor de su esposa o de sus hijas, eligió a Paris para que juzgase cuál de las diosas era efectivamente la más hermosa.
Paris y las tres diosas fueron a una cueva, donde el joven pastor procedió a examinarlas desnudas con detenimiento. Mientras él las miraba, las tres aprovecharon la proximidad para intentar sobornar a Paris: Hera le ofreció convertirlo en rey de toda Asia y Atenea en el hombre más sabio y el mejor militar del mundo. Afrodita, por su parte, lo aduló diciéndole que él era el hombre más hermoso que ella hubiese visto en su existencia, le aconsejó cariñosamente ir a probar fortuna en la ciudad de Troya y le ofreció el amor de la mujer más hermosa del mundo, la reina Helena de Esparta, a cambio de la manzana. Afrodita dio en la tecla, y Paris le entregó la manzana dorada. Atenea y Hera, furiosas, se fueron decididas a vengarse de Paris en particular y de Troya en general.

1 comentario:

  1. Yolanda, mucho mejor. Sólo te quedaría poner en el apartado ETIQUETAS la palabra PARIS. También puedes eliminar tu anterior artículo ¿vale?

    Ya tienes tu positivo. Saludos.

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